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Los reptiles voladores

Los primeros vertebrados voladores, los Pterosaurios

Los pterosaurios, del griego “Pterosauria” que significaría “lagartos alados”, son un orden extinto de saurópsidos arcosaurios, y los primeros vertebrados que consiguieron desarrollar por completo un mecanismo de vuelo activo por aleteo, además del vuelo por planeo.  Sus alas estaban formadas por una membrana que estaba sostenida por el cuarto dedo de la mano, hipertrofiado y mucho más largo que el resto.

Cuando sucedió

Los fósiles más antiguos preservados clasificados como pertenecientes al orden de los pterosaurios datan del Triásico Superior, tratándose de especímenes de edad Noriense, hace entre 227 y 208.5 millones de años (Ma), y procedentes de regiones localizadas exclusivamente en el Hemisferio Norte. Sólo se ha hallado un posible espécimen “basal” (primigenio) de los pterosaurios, llamado Faxinalipterus minima (en Brasil), con una edad de Carniense-Noriense (237 - 208.5 Ma), aunque su afinidad con dicho orden aún está siendo discutida. Estos grandes reptiles voladores convivieron con los dinosaurios durante la totalidad de la Era Mesozoica, hasta su extinción en el Cretácico Superior.

Sabías que ...

Al contrario de lo que se piensa muy comúnmente, los Pterosaurios NO son dinosaurios, aunque sí convivieron cronológicamente con éstos. Dinosaurios y Pterosaurios son “parientes”, es decir, ambos órdenes pertenecen al clado de los Ornitodiras (seres de porte bípedo, cuellos alargados en forma de “S” y que hacen su pisada únicamente con los dedos de sus extremidades). De modo que, no, los Pterosaurios no son dinosaurios voladores, son reptiles voladores.

Qué sucedió

El primer ejemplar de pterosaurio descubierto y descrito fue en 1784 por el naturalista Cosimo Collini y lo denominó “Pterodactylus”. En un principio, tanto el descubridor del primer pterosaurio descrito, como el zoólogo Johann Georg Wagler junto con algunos científicos apoyaron incluso hasta 1830 la teoría de Cosimo de que dicho espécimen era acuático y utilizaba sus alas como aletas. En 1801, Georges Cuvier sugirió, sin embargo, que los pterosaurios eran en verdad criaturas aéreas.

Hasta día de hoy aún no se ha encontrado lo que sería el ejemplar primigenio, en un estadio transicional, a partir del cual surgieron los pterosaurios. Pese a esto, decenas de clases de pterosaurios nuevos se han ido descubriendo, ayudando a definir cada vez más el orden Pterosauria pese a las dificultades que suponían el hecho de ser encontrados comúnmente en mal estado de preservación, ya que los sedimentos que se apilan sobre sus restos suelen aplanar casi por completo sus huesos. Sólo en la meseta de Araripe, Brasil, los sedimentos encapsularon y no aplastaron los huesos, de modo que se pudieron estudiar mucho mejor. El primero, descubierto en 1974, desveló que los huesos de estos seres eran huecos, por lo que se trataría de criaturas lo suficientemente livianas como para volar, incluso para los miembros más grandes del orden, como el Quetzalcoaltus, con una envergadura de ala de hasta 12 metros (Fig. 1). 

Otra característica, de reciente descubrimiento y caracterización, es la presencia de una cobertera de “pycnofibras” a modo de pelaje. La afinidad de estas fibras no está clara, pero en recientes estudios se han caracterizado en dos especies de pterosaurios una serie de pycnofibras de morfología variada que muestran características similares a las de las plumas. Las hipótesis planteadas acerca de su función en los pterosaurios son, entre otras: la termorregulación, para la dinámica de vuelo y/o que actúan como sensores del sentido del tacto.

Este género está compuesto por variadas y muy diversas especies con diferencias morfológicas bastante características. Los tamaños son muy variables, habiendo ejemplares que van desde los 25 cm, siendo los más pequeños, hasta los 12 metros de envergadura de ala. Algunos poseían crestas en el cráneo (como Pteranodon ingens) que mejoraban la estabilidad de vuelo y, quizá, la diferente decoración entre machos y hembras jugaría un papel importante durante el cortejo. Otras especies como Ramphorhynchus intermedius, poseían colas acabadas con una pequeña vela rómbica que también contribuiría a la estabilidad durante el vuelo (Fig.1).

En cuanto a su comportamiento, no es fácil dilucidar cómo se comportarían estos reptiles, teniendo en cuenta que no queda ningún análogo actual vivo con el cual comparar. Sin embargo, se piensa que podrían haber tenido comportamientos estacionales migratorios como los que vemos en la actualidad con algunas especies de aves. También se les atribuye un hábitat de costa, anidando en las paredes de acantilados y cazando pescado para alimentarse de forma muy eficaz gracias a su alargado pico. 

Sabías que ...

Al principio, cuando la hipótesis de que eran criaturas voladoras era mayoritariamente aceptada, se pensaba que su forma de vuelo era “pasivo”, es decir que planeaban, y que no estaban adaptados para un vuelo activo (por aleteo). Por lo que se pensaba que para alzar el vuelo debían “despegar” desde zonas elevadas para iniciar el planeo.

Cómo lo sabemos

El estudio sistemático de distintos ejemplares del orden de los pterosaurios mejor conservados, con diversas técnicas analíticas y enfoques disciplinares, es la clave fundamental para obtener la información más precisa posible sobre su forma de vida y, lo más enigmático de todo a día de hoy: su origen. Dado que en la actualidad no existen representantes o familiares vivos de dicho orden, la tarea es aún más ardua, si cabe.

Aún no se ha encontrado lo que denominaríamos el “eslabón perdido”, es decir algún fósil que fuese un “proto-pterosaurio”, que no presentase las características de vertebrado volador activo totalmente desarrolladas. Sin embargo, a lo largo de los años recientes se han ido descubriendo ejemplares cada vez más antiguos. Análisis filogenéticos recientes, sugieren que el origen de los pterosaurios se encontraría situados en el Triásico Inferior-Medio (aproximadamente hace unos 250 Ma). Por otro lado, los especímenes más antiguos encontrados y datados son del Triásico Medio-Superior, con lo que se estima que hay un vacío de más de 40 millones de años de registro fósil aún no descubierto, en el que tendrían que estar estos especímenes transicionales. 

Actualmente los estudios y análisis filogenéticos sitúan al orden de los pterosaurios en el clado de los ornitodiros, junto con el súper-orden de los dinosaurios. Los ornitodiros, que pertenecen al grupo de los Arcosaurios

Arcosaurios

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Arcosaurios: son un grupo de amniotas diápsidos que evolucionaron durante el Triásico Inferior. Tuvieron un enorme éxito evolutivo, diversificándose en gran medida durante el Mesozoico. Los únicos representantes actuales del grupo son los cocodrilos y las aves.

(Fig. 2), se caracterizan principalmente por poseer claras novedades evolutivas como un caminar bípedo, cuellos en forma de “S” y pisada digitígrada (que apoyan únicamente los dedos de sus extremidades durante su caminar, en vez de toda la planta).